Madrugando

Creo que aquél día me levanté a las diez y media así que cogí mi portátil y pasé el rato como pude hasta que, hora y media más tarde, se levantaron los demás.

Eran más o menos las doce y media cuando desayunábamos y aquel día estaba previsto hacer una excursión así que alguien sugirió no pasarse con el desayuno, para comer a una hora decente y así poder salir pronto. Todos estaban de acuerdo y yo mismo asentía con la cabeza pero, mientras el debate sobre el lugar a visitar se alargaba, yo me inflaba a comer bollería con mi café con leche. De vez en cuando alguien decía "Pues eso comemos pronto y vamos a xxx" y yo le daba la razón "eso, eso, comemos pronto" y mientras tanto cogía otra magdalena. ¡Que gran sabiduría la mía! Comimos más o menos a las cuatro.

Para variar se hacía tarde así que, durante la comida, mientras Ernesto engullía mandarinas una tras otra, se eligió Almagro como lugar a visitar por su proximidad con Poblete. Conseguimos salir hacia allí mas o menos a las siete.

Poblete

Después de un copioso desayuno casi a la una de la tarde, decidimos dar un paseo por el pueblo. Por lo que se ve se ha convertido en un lugar residencial con bonitos adosados por todas partes, muy próximo a Ciudad Real.

Todo parece bastante nuevo y la iglesia es de los pocos edificios que destacaban por su edad y como se puede ver, un nido de cigüeñas.

El viaje de ida

El viaje hasta Ciudad Real fue pesado. como todos los viajes largos. Además Ernesto quiso rememorar viejas hazañas y si en la vuelta de Cantabria nos perdimos porque hizo caso de su GPS esta vez dimos un rodeo de 25 km porque decidió pasar de el: al llegar a un cruce que señalaba a derechas la dirección a Villarobledo y pese a que el aparatito indicaba seguir recto, el más famoso cazador de elefantes de Vall d' Uxò giró frenéticamente el volante poniendo a prueba el sistema de estabilidad de su Picasso. Sufrimos una aceleración lateral de 9 g llegando a tener visión de tunel pero fue tan sólo un instante.

Aunque con un poco de retraso os aburriré con una batallita de finales de Septiembre, mi primera marcha ciclista de montaña...

Algunos días antes

Se acercaba el día de la Marcha BTT Montes de La Cañada y ya llevábamos un par de años pensando en participar. De todos modos iba a ser la primera marcha para Elías y para mí y pensábamos en correrla con tranquilidad. Tanto era así que teníamos conversaciones como esta:

"Que no, que no Jesús, que no me voy a picar. Hace tiempo que perdí la dignidad y el espíritu competitivo. No me importará quien me adelante, yo voy a ir a terminar la carrera."
"Elías no sé tú pero yo pienso ir a rebufo del coche escoba."

Y llegó el Domingo 28 de Septiembre

Finalmente quedamos Elías, Diego y yo para hacer la marcha. Había estado lloviendo bastante durante los días antes así que, aunque había mucha, tal vez no había tanta gente como era de esperar.