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Dodge Chargers impresos en 3D
Dodge Chargers impresos en 3D

Hace un tiempo, fuimos en familia a ver la NASCAR europea en el circuito de Cheste. Lo que en su momento fue un simple plan de fin de semana, terminó desencadenando una serie de eventos que hoy en día todavía me mantienen ocupado. Los niños quedaron tan fascinados que, cuando volvimos a casa, lo primero que dijeron fue: "Papá, queremos unos coches de NASCAR". Aquel día marcó el inicio de un proyecto que debió ser sencillo pero se complicó rápidamente.

La primera idea que se me vino a la cabeza fue hacer unos coches de juguete. Algo sencillo, ¿no? Pero suelo complicarme la vida. Así que, en lugar de quedarme con la opción fácil, me vino a la mente la posibilidad de construir un coche de slot, un coche de Scalextric. Ahí es cuando empecé a meterme en terrenos desconocidos, sin saber realmente en qué me estaba embarcando.

La búsqueda del modelo perfecto (y lo que encontré en Thingiverse)

Me lancé a Thingiverse esperando encontrar lo que necesitaba. La verdad es que me sorprendió la cantidad de material relacionado con los coches de slot que hay disponible, desde pequeñas piezas hasta chasis completos. Lo malo es que, aunque hay bastante material para reparar coches, no hay muchas opciones si buscas algo más específico, como una carrocería completa de NASCAR. Los chasis no faltaban, eso sí, pero el tema de la carrocería fue un dolor de cabeza.

Después de mucho rebuscar, me topé con un chasis que más o menos cumplía mis expectativas. El siguiente paso era encontrar la carrocería de un coche NASCAR, y ahí la cosa se complicó de verdad. No había ninguna diseñada específicamente para slot. Así que encontré un modelo 3D más pensado como juguete, un coche en miniatura. Y ahí empezó la verdadera aventura.

De la pantalla a la realidad: los primeros pasos

El siguiente paso fue imprimir ese chasis que me pareció adecuado. Quería ver cómo se comportaba, si era resistente y qué tipo de motor podría adaptarle. Aunque podría haber hecho las mediciones en un programa como FreeCAD, tener el modelo en la mano me permitió detectar un problema de inmediato: no era tan robusto como esperaba. Necesitaba refuerzos. Y, de repente, me ví metido en la tarea de rediseñar esa pieza.

Al mismo tiempo, empecé a pensar en la carrocería. Aquí es donde se decidiría si todo el esfuerzo valdría la pena. Si lograba hacer una buena, lo demás podría ir encajando poco a poco. Entonces, encontré la carrocería de un Dodge que corrió en la NASCAR en 2013. Pero claro, no soy un diseñador profesional. Me las apañé vaciando la carrocería en Freecad con operaciones de resta a partir de formas básicas, y con algo de paciencia, al final obtuve un cascarón decente. Añadí los cuatro puntos de sujeción para los tornillos, y con eso ya tenía algo con lo que trabajar.

El sistema de transmisión y las complicaciones que vinieron con él

El siguiente reto fue crear un sistema de transmisión. Para mí, esta fue la parte donde más me compliqué la vida. Mirando hacia atrás, probablemente debería haber optado por una solución comercial ya existente. Pero me lancé a diseñar todo el sistema, incluyendo los engranajes y el eje de las ruedas, buscando que todas las piezas fueran fáciles de encontrar y lo más baratas posible.

Ahí fue cuando AliExpress entró en escena. Compré unas varillas de acero y me dediqué a diseñar mis propias ruedas, basándome en el modelo de Dodge que había encontrado. El objetivo era que las ruedas se ajustaran perfectamente al diámetro de las varillas de acero.

Para el motor, aproveché uno de esos que se usan en proyectos de electrónica y robots Arduino. Mi idea era simple: aprovechar tanto el motor como uno de los engranajes incluidos. Con esto, me lancé a las primeras pruebas eléctricas y al menos el motor parecía funcionar bastante bien.

El dilema de las guías y el rediseño constante

Lo siguiente fue lidiar con las guías del coche, una pieza clave si queremos que la electricidad llegue al motor. Después de darle muchas vueltas, terminé copiando parte del diseño de la guía de un coche que tenía en casa. 

Y, en ese momento, me di cuenta de que mi chasis ya no encajaba con el sistema que había diseñado. Así que volví a la mesa de diseño, haciendo más versiones del chasis hasta que finalmente logré uno que funcionara con el nuevo sistema de conducción eléctrica. Fue un proceso de ensayo y error, pero al final conseguí algo que más o menos funcionaba.

El montaje final y las pruebas en la pista

Con todas las piezas listas, llegó el momento de montar el coche. Exteriormente, la carrocería no quedó tan bien como me hubiese gustado. Fue mi primera experiencia trabajando con epoxi, y entre la aplicación, el lijado, la imprimación y la pintura, perdí muchos detalles del modelo original. Pero ahí estaba: mi primer coche de slot construido prácticamente desde cero.

Cuando lo llevé a la pista, me di cuenta de que no todo iba a acabar tan rápido. Sin un imán, el coche derrapaba bastante, y el sistema de engranajes a veces fallaba, lo que afectaba el contacto con el motor. Pero sorprendentemente, era muy divertido de conducir por eso mismo. Al no tener mucho agarre,  el coche reaccionaba de manera impredecible. Parecía mucho más realista, como un coche sin control de tracción.

Lo que aprendí y el futuro del proyecto

Al final, quedó claro que el coche tenía algunos fallos de diseño. La falta de un imán y una distribución de peso un poco desequilibrada lo hacían difícil de manejar. Sin embargo, simplemente añadiendo un poco de peso en la parte trasera, se volvía mucho más jugable. 

Por ahora, he dejado el proyecto aparcado. Estoy considerando hacer una nueva versión en la que deje un hueco para un imán trasero, lo que probablemente mejoraría mucho la conducción.