Madrugando
Creo que aquél día me levanté a las diez y media así que cogí mi portátil y pasé el rato como pude hasta que, hora y media más tarde, se levantaron los demás.
Eran más o menos las doce y media cuando desayunábamos y aquel día estaba previsto hacer una excursión así que alguien sugirió no pasarse con el desayuno, para comer a una hora decente y así poder salir pronto. Todos estaban de acuerdo y yo mismo asentía con la cabeza pero, mientras el debate sobre el lugar a visitar se alargaba, yo me inflaba a comer bollería con mi café con leche. De vez en cuando alguien decía "Pues eso comemos pronto y vamos a xxx" y yo le daba la razón "eso, eso, comemos pronto" y mientras tanto cogía otra magdalena. ¡Que gran sabiduría la mía! Comimos más o menos a las cuatro.
Para variar se hacía tarde así que, durante la comida, mientras Ernesto engullía mandarinas una tras otra, se eligió Almagro como lugar a visitar por su proximidad con Poblete. Conseguimos salir hacia allí mas o menos a las siete.