Resulta que ha llegado a la oficina un prototipo de las famosas gafas de Google, así que me he puesto a jugar con ellas. Tengo que decir por una lado que me lo he pasado bien, como con cualquier trasto tecnológico que pasa por mis manos, pero también aviso que soy mas bien un detractor de las mismas desde antes de probarlas.
El prisma
Siempre que he visto a alguien haciendo uso de las gafas, me ha dado la impresión de que no debe ser muy cómodo sostener la mirada continuadamente sobre el prisma y ciertamente no lo es, te cansas. En su favor puedo decir que mirando durante unos pocos segundos la imagen es lo suficientemente nítida y no tienes la sensación de estar mirando un punto excesivamente cercano. Pero repito, por encima de unos 20-30 segundos empiezas a tener sensación de cansancio.
No te esperes una gran resolución ni un gran contraste. El prisma no da para más y, aunque puedes ver fotos de forma aceptable, salta a la vista que las apps de Google eligen cuidadosamente los colores a utilizar. Por ejemplo, en la aplicación de navegación veremos fondos negros, letras blancas y lineas azules para orientarnos.